Dios y Señor de los desconsolados, a los que prometes la abundancia de celestiales consuelos, mira a tu siervo san Saturio, que se privó generosamente de los consuelos humanos, y así mereció ser participante de los divinos, y concédeme por su intercesión tolerancia en mis aflicciones y trabajos, para que no desmerezca que Tú, Señor, me consueles en ellos, y la gracia que ahora te pido (pedir la gracia deseada), para tu mayor honra y gloria. Amén.
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