CORO
Jubilosos entonemos nuestra férvida canción
al maestro a quien debemos especial veneración.
En sus actos nos demuestra sin igual solicitud
y nos guía por las sendas de la ciencia y la virtud.
I
¡Oh, mentor de nuestra infancia!, con tesón,
celo y constancia de abnegado profesor;
cuan amable, cuan afable
en la escuela lo encontramos
y en retorno le pagamos con amor.
II
Si aconseja o si corrige es cual fiel guía
que rige por la senda del honor
y su vida consumida de la infancia en sacrificio
nos protege contra el vicio y el error.
III
Gloria excelsa, honor, loanza, gratitud y bienandanza
deseamos honra y prez al celoso,
cariñoso, bienhechor de nuestra vida,
al que queda agradecida la niñez.
Letra: Leonardo Lis.
Mùsica: Mario Garcìa.
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