Oh Padre y Maestro de la juventud, San Juan Bosco, que tanto trabajaste por la salvación de las almas: sé nuestro guía en buscar el bien de la nuestra y la salvación del prójimo; ayúdanos a vencer las pasiones y el respeto humano; enséñanos a amar a Jesús Sacramentado, a María Auxiliadora y al Papa; y alcánzanos de Dios una santa muerte, para que podamos un día hallarnos juntos en el cielo. Amén.
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