WhatsApp se ha convertido en un fenómeno mundial para mayores y pequeños. En España hay 20 millones de usuarios que ya lo usan y cada uno de ellos lo comprueba 150 veces al día.
Concretamente, el 76% de los niños de 11 a 14 años lo utiliza habitualmente. Por eso, es muy importante que los padres conozcan los riesgos de que sus hijos utilicen WhatsApp.
Cinco cosas que los padres deben saber de WhatsApp:
1. La inseguridad. WhatsApp no está considerado como una red social, pero tampoco es un simple servicio de mensajería. Esta aplicación permite no solo comunicarse, sino también crear grupos y compartir imágenes, enlaces, contactos y ubicaciones. Sin embargo, al no ser considerada como una red social, no sigue una normativa de seguridad como tienen Facebook o Twitter, que deben cumplir con unas estrictas medidas que aseguren la intimidad de sus usuarios.
2. La edad permitida. Empezar a utilizar WhatsApp no supone ningún requisito previo. Cualquier menor que quiera disponer de la aplicación, tan solo deberá descargársela e instalarla, facilitando a la aplicación sus datos personales y una fotografía. Sin embargo, las acciones que posteriormente va a poder realizar el niño con esa aplicación sí necesitan habitualmente de una autorización.
Así, un niño menor de 14 años no puede autorizar a que alguien obtenga sus datos personales, ni tampoco puede autorizar a nadie a que obtenga fotografías suyas. Ninguna de estas cosas las puede realizar sin autorización de sus padres. En cambio,WhatsApp permite a un niño realizar todas estas cosas sin que los padres tengan que autorizarlo.
3. El riesgo de la inmediatez. La inmediatez tiene muchos beneficios, sin embargo, tiene un gran inconveniente para los menores.
A veces, es normal ver cómo niños y adolescentes actúan con demasiada celeridad, algo que normalmente les induce al error. Actúan por impulsos y, lo que habían dicho, compartido o enviado en ese momento por WhatsApp, instantes después es motivo de arrepentimiento. Sin embargo, la inmediatez implica que ya sea demasiado tarde para rectificar.
4. La desinformación. No se sabe qué pasa con los mensajes privados que los niños intercambian entre sí, ni con las fotos que se mandan unos a otros. Hay un gran nivel de desinformación en cuanto al cómo funciona la compañía: si guarda copias de las conversaciones, dónde se almacenan las imágenes e información que se envía y el nivel de seguridad que utilizan con los usuarios.
5. La facilidad de acoso. Cuando un niño da su número de teléfono a otra persona, está permitiendo que acceda a su información pública del WhatsApp. Compartir foto, dirección, teléfono y otros datos personales en esta aplicación hace que el acoso sea más fácil. Un posible acosador puede saber, a partir de esa información, el aspecto físico del niño, su ubicación o la hora a la que se conecta.
Tres pautas que deben seguir los padres con sus hijos
1. Enséñale a proteger su intimidad. Los padres deben enseñar a sus hijos a proteger su intimidad. Para ello, es necesario que le conciencies de que, cuando utiliza WhatsApp, debería hacerlo pensando que sus conversaciones son públicas. Esta idea les hará pensar sobre qué cosas realmente compartiría si supiera que van a ser vistas por terceras personas, o de si aquello que le cuenta a un amigo pudiera ser leído por el resto de compañeros de clase. Intentar que se den cuenta de que esta aplicación no les proporciona un espacio privado es el primer paso para que piensen antes de actuar.
2. Infórmale de las consecuencias. Las acciones que se realizan desde WhatsApp en ocasiones pueden ser motivo de delito. Por eso, es necesario que le expliques a tu hijo todas las posibles consecuencias de lo que haga con esta aplicación, como por ejemplo, lo que supone enviar una foto que atente contra su dignidad o la de otros menores. Es una forma de hacerles ver la diferencia entre lo que es broma y lo que se puede convertir en un delito.
3. Ponte al día. Tu hijo no va a dejar de utilizar una aplicación que usan la mayoría de los niños de su edad y que además es gratuita. Por eso, lo importante es que le enseñes a usarla con responsabilidad. Adaptarse a los cambios tecnológicos te ayudará a entender lo que hace tu hijo y a darle consejos útiles que le orienten a una correcta manera de utilizar, en este caso, el WhatsApp.
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