Oh glorioso san Benito, modelo sublime de todas las virtudes, vaso puro de la gracia de Dios, aquí estoy humildemente postrado ante ti. Imploro tu corazón lleno de amor para que intercedas por mí ante el trono divino de Dios.
A ti recurro en todos los peligros que a diario me rodean. Protégeme contra mis enemigos, contra el maligno enemigo en todas sus formas e inspírame a imitarte en todas las cosas.
Que tu bendición esté conmigo siempre, de modo que pueda huir de todo lo que no es agradable a Dios y evitar así las ocasiones de pecado.
Dulcemente te pido que me consigas de Dios los favores y gracias de las cuales yo estoy tan necesitado, en las pruebas, en las miserias y en las aflicciones de la vida.
Tu corazón siempre estuvo lleno de amor, compasión y misericordia hacia los que estaban afligidos o con problemas de cualquier tipo.
Tú nunca has despedido sin consuelo y asistencia a cualquiera que haya recurrido a ti. Por lo tanto, invoco tu poderosa intercesión con esperanza y confiado en que tú escucharás mis oraciones y me alcanzarás la gracia especial y favor que tan seriamente te imploro (pedir el favor), si es para la mayor gloria de Dios y el bien de mi alma.
Ayúdame, oh gran san Benito, a vivir y morir como un hijo fiel de Dios y que sea siempre sumiso a su santa voluntad para lograr la felicidad eterna del cielo. Amén.
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