San Hipólito fue ejecutado por orden del emperador Valentiniano, de quien era oficial, junto con veinte familiares suyos, no sin antes haberle atado a la cola de cuatro caballos para que lo desmembrasen. Murió despedazado y su cuerpo, recuperado por el presbítero Justino, fue enterrado al lado del de san Lorenzo, cuyos restos había ayudado él mismo a dar sepultura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario