domingo, 4 de febrero de 2024

MEDITACIÓN DOMINGO V TIEMPO ORDINARIO B (P. Damián Ramírez)

¡Buenos días! Se nos regala un nuevo Domingo. 

¡Ay de mí si no anuncio el evangelio!, nos dirá san Pablo muy hondamente en la segunda lectura de hoy. Pues así por el estilo nos ocurre a cada uno de nosotros, ¿verdad? ¡Demos gracias a Dios por ello! Tratemos de anunciarlo a la manera de Jesús:

-Orando... como Él en la sinagoga.

-Yendo al necesitado... como Él fue a la suegra de Pedro y a tantos.

-Con palabras y gestos... como Él cuando coge de la mano y levanta a la suegra de Pedro.




Lectura del santo evangelio según san Marcos 1, 29-39

En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a la casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, e inmediatamente le hablaron de ella. Él se acercó, la cogió de la mano y la levantó. Se le pasó la fiebre y se puso a servirles. Al anochecer, cuando se puso el sol, le llevaron todos los enfermos y endemoniados. La población entera se agolpaba a la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó muchos demonios; y como los demonios lo conocían, no les permitía hablar. Se levantó de madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro, se marchó a un lugar solitario y allí se puso a orar. Simón y sus compañeros fueron en su busca y, al encontrarlo, le dijeron: «Todo el mundo te busca». Él les responde: «Vámonos a otra parte, a las aldeas cercanas, para predicar también allí; que para eso he salido». Así recorrió toda Galilea, predicando en sus sinagogas y expulsando los demonios.

 

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