Oh Dios, que con la intervención de la Madre de la misericordia hiciste que el beato Reginaldo caminase y condujese a otros muchos por el camino de la pobreza evangélica, haz, por su intercesión, que dirijamos nuest ros pasos según tus mandatos y con corazón ensanchado recorramos el camino de tus preceptos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.
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