¡Oh misericordioso Cristo Negro! En este día, en el que me encuentro en una difícil situación, con mucha angustia y temor, me postro ante tu presencia para suplicarte que me ayudes. Sólo puedo confiar en Ti, y solo Tú tienes el poder para resolver los problemas que me aquejan.
Creo en el poder del Corazón de Cristo y tengo la esperanza en que podrá ayudarme en este difícil momento. Señor Jesús, te pido que no me abandones, sé que te he fallado muchas veces, pero estoy muy arrepentido y quiero que me des otra oportunidad.
Señor, Tú eres grande, eres único y sólo con tu ayuda puedo encontrar el camino para tener la paz y tranquilidad que le hace falta a mi vida. Por favor, perdóname y cuida a todas las personas que amo mucho, bendíceme y guíame. Amén.
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