Niña querida del Niño Jesús, moriste de amor a Él en la hora misma de recibir tu Primera Comunión, sé tú mi intercesora para con el divino Niño. Preséntale mi corazón, suple lo que a mí me falta para serle agradable, alcánzame la gracia de comulgar con las debidas disposiciones, tráemelo a mi lado a la hora de mi muerte para que mi alma expire abrazada a Él y en compañía de ambos viva y reine en el cielo por los siglos de los siglos. Amén.
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