¡Oh Dios!, que diste a tus Apóstoles el Espíritu Santo, concede a tu pueblo el efecto de su piadosa petición, para que a los que diste la fe, concedas también la paz. Asístenos en toda ocasión y defiéndenos del furor de nuestros enemigos. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.
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