Antonio Gavilán González nació en Alcalá del Valle (Cádiz) en 1877. Fue ecónomo de Monda, párroco de Benamocarra, sacerdote en comisión de Álora, sacerdote en comisión de la Merced de Málaga y de Santiago de esta ciudad. Fue un hombre de muy vasta cultura y de una caridad sin límites con los pobres, particularmente con los chabolistas de la Plaza de Santa María, a los que visitaba todos los días, a la caída de la tarde, para llevarles dinero, alimentos, ropa y todo lo que podía, acompañado de los jóvenes de Acción Católica, quienes le rogaban que se comprase una sotana, porque la que llevaba estaba tan estropeada por el uso que era casi de color verde. Según declaración del portero de la casa, Agustín López Sánchez, el día 25 de agosto de 1936 a las dos de la madrugada se presentó en el nº 91 de Calle Granada una patrulla compuesta por seis milicianos comunistas para hacer un registro, que duró unos tres cuartos de hora. Después le exigieron al sacerdote el dinero que tenía y les dio siete duros de plata. A continuación lo sacaron de su casa y lo metieron en un coche que al efecto tenían preparado. Se ignora el sitio exacto de su muerte. Su cadáver apareció a la mañana siguiente en el Callejón de la Pellejera. Según testimonio de un monaguillo de la parroquia manifestado al párroco actual de Santiago don Manuel Pineda, el 25 de agosto de 1936 dos individuos le dispararon en la nuca y cuando cayó al suelo le abrieron la boca y se orinaron en ella.
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