Para adorar de cerca su hermosura
trémulo de emoción detengo el paso...
¿Cruzará tan espléndida criatura,
indiferente, sin hacerme caso?
Ya está cerca de mí, ya ansioso aspiro
el rico aroma que su raso emana,
ya silencioso vuela mi suspiro
a sus bermejos labios de gitana...
¡Ya pasa junto a mí!... ¡Ved qué momento!
Gimiendo leve, en ruda sacudida
a su garbo, traición del pavimento,
pierde pies mi gentil desconocida.
Mi esfuerzo a socorrerla se apresura...
¡Y para siempre allí perdí la calma!
No cayó, no, sobre la piedra dura...
¡Cayó en mis brazos, y a sus pies mi alma!
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