1. ¡Oh María Reina del Purgatorio!, os ruego por aquellas almas, por las cuales tengo o pueda tener alguna obligación, sea de caridad o de justicia (Avemaría + Requiem aeternam dona eis, Domine; et lux perpetua lucent eis).
2. ¡Oh María Reina del Purgatorio!, os ruego por las almas más abandonadas y olvidadas, por las cuales nadie ruega: ¡Vos, oh Madre!, que os acordáis de ellas, aplicadles los méritos de la Pasión de Jesús, vuestros méritos y los de los Santos, y encontrarán saludable refrigerio (Avemaría + Requiem aeternam dona eis, Domine; et lux perpetua lucent eis).
3. ¡Oh María Reina del Purgatorio!, os ruego de una manera especial por aquellas almas que han de estar más tiempo padeciendo y satisfaciendo a la Divina Justicia. Tened compasión de ellas, ya que no pueden merecer, sino solo padecer; abreviad sus penas y derramad sobre las mismas el bálsamo de vuestro consuelo (Avemaría + Requiem aeternam dona eis, Domine; et lux perpetua lucent eis).
4. ¡Oh María Reina del Purgatorio!, os ruego por aquellas almas que han de salir más pronto de aquel lugar de penas, para que vayan cuanto antes a cantar en vuestra compañía las eternas misericordias del Señor (Avemaría + Requiem aeternam dona eis, Domine; et lux perpetua lucent eis).
5. ¡Oh María Reina del Purgatorio!, os ruego de un modo especial por aquellas almas que más padecen. Es verdad que todos sufren con resignación, pero sus penas son atroces y no podemos imaginarlas siquiera. Interceded por ellas, y Dios escuchará vuestra plegaria (Avemaría + Requiem aeternam dona eis, Domine; et lux perpetua lucent eis).
Oración final
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