De un espléndido banquete
salía don Melitón
y un grandísimo apretón
en la calle le acomete.
Alivio fue de su mal
un portal que abierto halló,
pero el cuitado no vio
que era de un grande el portal.
A castigar su insolencia
sale el portero irritado
y le dice: -¡Descarado!
daré parte a su excelencia.
Mas don Melitón con modo
al portero respondió:
-¿Qué dice usted? parte no,
puede usted dárselo todo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario