San Expedito, te amo y te necesito, estás en mi corazón.
Bendíceme y bendice a mi familia, mi hogar, a mis amigos y enemigos (porque de ellos también aprendí).
Resguarda mis bienes espirituales, mis sueños y proyectos. Sé mi abogado y ejerce tu sabiduría para defenderme de los problemas que padezco.
Protégeme de los males que me acechan y aleja de mí a aquellos que solo desean mi perdición.
Hoy te pido me concedas la gracia de... (decir la petición) y me comprometo a difundir tu nombre y tu capacidad de escucha. En el nombre de Jesús. Amén.
San Expedito, gracias por los favores recibidos.
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