jueves, 9 de abril de 2020

MUERE EL CUERPO, PERO EL ALMA NO MUERE (Salvador Freixedo)

Muere el cuerpo, pero el alma no muere.
Mientras el cuerpo agoniza en la cama
el espíritu, convertido en flama,
desprecia el funeral y el miserere.

El alma anda libre, nada la hiere,
pues ya ha dejado atrás toda dolama,
y por completo feliz se proclama
pues no hay nada mundano que la altere.

El morir es una resurrección
a una vida mucho más placentera
en la que ya no existe la aflicción
y donde nada malo nos espera.

¿Por qué con la muerte nos angustiamos
si en verdad con ella resucitamos?



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