En un examen de Historia
a un pobre chico le sale
la bola de Enrique IV,
y suda gotas de sangre,
porque del monarca ese
ni media palabra sabe.
Uno de los profesores,
al verle tan vacilante,
se compadece del chico
y se dispone a ayudarle.
-De la vida de ese rey
diga usted algo notable...,
un episodio cualquiera...
Nos basta con un detalle.-
El alumno, así animado,
hace un poco de coraje,
y dice muy decidido:
-¡Pues que murió!
-No es bastante.
Diga algo más el alumno.
-¡Pues que requiescat in pace!
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