Amado Ángel de mi guarda, Ángel de luz, servidor de Dios, que me fue enviado desde el Cielo como compañero en la Tierra, ayúdame a caminar siempre como un hijo de Dios, mi Creador, y aléjame de todas las trampas del demonio que intentan sacarme del sendero que debo seguir. Ayúdame con tus santas inspiraciones para que yo crezca en la virtud y pueda estar algún día contigo, con Jesús, María, José y todos los santos en la Patria celestial. Amén.
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