Señor, Padre nuestro, Tú has llamado a Bonifacia a seguir a Jesús en el misterio de su vida oculta en Nazaret, hermanando la oración con el trabajo, en la sencillez de la vida cotidiana, entregando su vida a la mujer trabajadora y pobre: que su testimonio evangélico nos ayude a configurarnos con Jesús, que con María y José trabaja en Nazaret. Amén.
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