Glorioso Patriarca san Félix de Valois, gloria, alegría y honra de la Religión Trinitaria, que como a Padre te obsequia: Universal amparo de cuantos imploran tu patrocinio; por aquella compasión amorosa con que triunfaste del tedio que causaban las hediondas llagas del leproso, que cuando niño abrazabas, asistías y limpiabas, te ruego, protector mío, mires propicio a quien desfigurado con la lepra de la culpa, felicita tu mediación para con el Señor, que te dotó, entre otras gracias, con la de sujetar al demonio en las cadenas con que quiso amedrentarte: Para que en este día, asistido de mi Dios, arranque de mi alma las raíces de los vicios, y la matice de virtudes, que cultivadas a esmero de la devoción más diligente, recreen a aquel Señor con los frutos dulces a su divino paladar. A este fin te consagro en esta alabanza mi respeto, como también para alcanzar, por tu intercesión, de la Santísima Trinidad, el consuelo en la aflicción, y necesidad, que voy a manifestar. Amén.
(Aquí se hace la particular súplica a Dios nuestro Señor, por intercesión del santo con viva fe, segura confianza y generosa conformidad)
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