Gloriosa virgen y mártir santa Cecilia, modelo de esposa fidelísima de Jesús, veme aquí postrado humildemente ante tus plantas. Soy un pobre pecador que vengo a implorar tu poderosa intercesión ante Jesús a quien tanto amaste, suplicándote que me consigas un verdadero arrepentimiento de mis pecados, un propósito eficaz de enmienda y una heroica fortaleza para confesar y defender la fe que he profesado.
Alcánzame la gracia de vivir y morir en esta santa fe, como también las gracias especiales que necesito para vivir santamente en mi estado. Escucha y alcánzame mis súplicas, oh virgen poderosísima, para que merezca gozar un día de la eterna bienaventuranza. Así sea.
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