-Di, papá ¿dónde está el buen Dios? Dímelo, dímelo, di, papá.
-Pues sí, corazón, sé donde está, puede estar en ti y en mí, Él está en cualquier lugar. Pues sí, corazón, yo sí lo vi, en el monte y en el mar y en la rosa de tu jardín.
-Ah sí. Dí, papá, ¿yo podré ver a Dios? Dímelo, dímelo, di, papá.
-Pues sí, corazón, sí lo verás, cuando adores a mamá y obedezcas a papá. Pues sí, corazón, sí lo veras, cuando aprendas a rezar y lo llames con ansiedad.
-Ah sí. Oh papá, hoy por fin conocí, el buen Dios que me hará tan feliz.
-Es verdad, corazón, sin pensar, te enseñé donde está la verdad, la verdad.
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