Oh poderosísimo san Diego de Alcalá, vengo humildemente ante ti en busca de protección. Pido tu intercesión para que me mantengas a salvo de todo daño y peligro. Ayúdame a recordar siempre tu ejemplo de fe y amor y a vivir mi vida de tal manera que esté constantemente rodeado de tu protección guardiana. Amén.
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