Bienaventurado Homobono, que tanto en tu trabajo como en la oración mostraste la más santa diligencia y vocación de servicio a Dios, ruega por nosotros para que, iluminados por el Espíritu Santo, esta virtud llene nuestros corazones y nos haga verdaderos discípulos del Señor. Amén.
Oh Dios omnipotente, concédenos la diligencia más ardiente en nuestros deberes de estado y para contigo, a fin de que nuestros trabajos, agradables a tus ojos, sean una constante alabanza de tu gloria.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
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