¡Buenos días!
Hoy celebramos la Solemnidad de Cristo Rey, culmina el año litúrgico cristiano y ponemos nuestros ojos y corazón en el Rey del universo, este Rey tan distinto, cuyo reinado no se basa en el poder, sino en la verdad, la justicia y el amor.
Un Rey que no se parece a los reyes de este mundo.
Es un Rey desconcertante: su trono es la cruz, su corona está hecha de espinas y su reino no se impone con violencia, sino con amor.
Cristo redefine lo que significa ser Rey, y a nosotros nos implica como discípulos suyos que somos. ¿Cómo empezar?:
… Reconozcámoslo como nuestro Rey (confianza), imitemos su modo de reinar (servicio) y demos (testimonio) de la verdad con nuestras palabras y buenas acciones.
Seamos buenos y fieles testigos de Cristo Rey y escuchemos la verdad.
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