No quiero acordarme
de que me has mirado
igual que si nunca
me hubieses tratado.
¡Oh, la indiferente y fría mirada
de tus ojos claros!
¡Recordar no quiero
cómo me has mirado!...
Porque me has mirado
igual que se mira
¡lo que aborrecemos... lo que despreciamos!
Como si no fuesen
aquellas, tus manos,
que las mías tantas
veces estrecharon;
como si no fuesen
aquellos tus brazos,
que tan tiernamente
mi cuello enlazaron;
como si no fuesen
aquellos tus labios
que, espirantes de amor y de dicha,
mi boca besaron...
Porque me has mirado
como si es que hubiesen sido traicioneras
las miradas puras de tus ojos claros;
como si es que hubiesen al hablar mentido
vilmente tus labios...
Como si tus besos,
¡los inmaculados!
de un amor de divinos fervores
fuesen besos falsos...
De felices días, tu dulce mirada,
tu sonrisa tierna en mí se quedaron.
Y que aquella seas
esta misma que así me ha mirado,
sin volverme loco,
no puedo pensarlo...
No quiero acordarme,
yo quiero olvidarlo.
¿De qué rincón negro
de tu alma, tan pura, has sacado
esa indiferente y fría mirada
de tus ojos claros?
de que me has mirado
igual que si nunca
me hubieses tratado.
¡Oh, la indiferente y fría mirada
de tus ojos claros!
¡Recordar no quiero
cómo me has mirado!...
Porque me has mirado
igual que se mira
¡lo que aborrecemos... lo que despreciamos!
Como si no fuesen
aquellas, tus manos,
que las mías tantas
veces estrecharon;
como si no fuesen
aquellos tus brazos,
que tan tiernamente
mi cuello enlazaron;
como si no fuesen
aquellos tus labios
que, espirantes de amor y de dicha,
mi boca besaron...
Porque me has mirado
como si es que hubiesen sido traicioneras
las miradas puras de tus ojos claros;
como si es que hubiesen al hablar mentido
vilmente tus labios...
Como si tus besos,
¡los inmaculados!
de un amor de divinos fervores
fuesen besos falsos...
De felices días, tu dulce mirada,
tu sonrisa tierna en mí se quedaron.
Y que aquella seas
esta misma que así me ha mirado,
sin volverme loco,
no puedo pensarlo...
No quiero acordarme,
yo quiero olvidarlo.
¿De qué rincón negro
de tu alma, tan pura, has sacado
esa indiferente y fría mirada
de tus ojos claros?

No hay comentarios:
Publicar un comentario