Virgencita azul de Caacupé Patrona del Paraguay -como heraldos de tu causa-, a semejanza del aborigen José, quien talló tu imagen y selló contigo un compromiso de corazón, nosotros venimos a implorarte por cada uno de tus hijos, por sus intenciones, luchas y anhelos, para que intercedas por todos ante Dios, que es Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Queremos honrarte con devoción y llevar el escapulario como testimonio de tu maternal amor. Bendice nuestros proyectos, trabajos y acciones pastorales.
Con tu inmaculado corazón, corrige nuestras debilidades, confórtanos en las luchas, sostén nuestra fe intacta y ayúdanos a ser trigos vivos para alabanza y gloria de la Santísima Trinidad.
Que tus manos benditas y tu mirada de madre nos acoja siempre y nos otorgue al final de nuestras vidas una santa muerte. Amén.

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