lunes, 15 de diciembre de 2025

LUNES 3º DE ADVIENTO A


Buenos días. Hoy lunes las lecturas nos muestran que la acción de Dios llega a todos, que sus promesas se cumplen. Por eso la primera lectura nos habla de un profeta pagano que habla bien del pueblo de Israel y profetiza la llegada del Mesías, la estrella de Jacob y el cetro de Israel. Por eso los sumos sacerdotes y ancianos tienen miedo de Jesús, que acaba de realizar el gesto profético de expulsar del Templo a los vendedores, y le preguntan con qué autoridad. Pero Jesús les devuelve la pregunta sobre el bautismo de Juan. Y ellos no se atreven a responder. Dios actúa en nuestras vidas y su promesa se cumple, y nosotros debemos estar dispuestos a vivir sus promesas porque no siempre reconocemos la acción de Dios en nuestras vidas, no sabemos de dónde viene la autoridad. Pero la acción de Dios se abre paso incluso a través de personas como el profeta pagano. Estemos atentos a los signos de Dios. Seamos buenos y confiemos en Dios, que enseña su camino a los humildes. 



1ª Lectura (Núm 24, 2-7.15-17a): En aquellos días, Balaán, tendiendo la vista, divisó a Israel acampado por tribus. El espíritu de Dios vino sobre él, y entonó sus versos: «Oráculo de Balaán, hijo de Beor, oráculo del hombre de ojos perfectos; oráculo del que escucha palabras de Dios, que contempla visiones del Poderoso, que cae y se le abren los ojos: ¡Qué bellas tus tiendas, oh Jacob, y tus moradas, Israel! Como vegas dilatadas, como jardines junto al río, como áloes que plantó el Señor o cedros junto a la corriente; el agua fluye de sus cubos, y con el agua se multiplica su simiente. Su rey es más alto que Agag, y descuella su reinado».

Y entonó sus versos: «Oráculo de Balaán, hijo de Beor, oráculo del hombre de ojos perfectos; oráculo del que escucha palabras de Dios y conoce los planes del Altísimo, que contempla visiones del Poderoso, que cae en éxtasis, y se le abren los ojos: Lo veo, pero no es ahora, lo contemplo, pero no será pronto: Avanza una estrella de Jacob, y surge un cetro de Israel».


Salmo responsorial: 24

R/. Señor, instrúyeme en tus sendas.

Señor, enséñame tus caminos, instrúyeme en tus sendas: haz que camine con lealtad; enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador.

Recuerda, Señor, que tu ternura y tu misericordia son eternas; acuérdate de mí con misericordia, por tu bondad, Señor.

El Señor es bueno y es recto, enseña el camino a los pecadores; hace caminar a los humilles con rectitud, enseña su camino a los humildes.


Versículo antes del Evangelio: Aleluya. Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación. Aleluya.



Texto del Evangelio (Mt 21, 23-27): En aquel tiempo, Jesús entró en el templo. Mientras enseñaba se le acercaron los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo diciendo: «¿Con qué autoridad haces esto? ¿Y quién te ha dado tal autoridad?». Jesús les respondió: «También yo os voy a preguntar una cosa; si me contestáis a ella, yo os diré a mi vez con qué autoridad hago esto. El bautismo de Juan, ¿de dónde era?, ¿del cielo o de los hombres?». Ellos discurrían entre sí: «Si decimos: ‘Del cielo’, nos dirá: ‘Entonces, ¿por qué no le creísteis?’. Y si decimos: ‘De los hombres’, tenemos miedo a la gente, pues todos tienen a Juan por profeta». Respondieron, pues, a Jesús: «No sabemos». Y Él les replicó asimismo: «Tampoco yo os digo con qué autoridad hago esto».





Oración inspirada en una homilía del papa Francisco (19 de mayo de 2013)

Señor, la novedad nos da siempre un poco de miedo; nos sentimos más seguros si tenemos todo bajo control, si somos nosotros los que construimos, programamos, planificamos nuestra vida, según nuestros esquemas, seguridades, gustos....

Y esto nos sucede también contigo. Con frecuencia te seguimos, te acogemos, pero hasta un cierto punto; nos resulta difícil abandonarnos a Ti con total confianza, dejando que el Espíritu Santo anime, guíe nuestra vida, en todas las decisiones; tenemos miedo a que nos lleves por caminos nuevos, nos saques de nuestros horizontes con frecuencia limitados, cerrados, egoístas, para abrirnos a los tuyos.

Tú eres novedad y haces nuevas a las personas que, con confianza, se dejan tocar por Ti: Noé, del que todos se ríen, construye un arca y se salva; Abrahán abandona su tierra, aferrado únicamente a una promesa; Moisés se enfrenta al poder del faraón y conduce al pueblo a la libertad; los Apóstoles, de temerosos y encerrados en el cenáculo, salen con valentía para anunciar el Evangelio.

Y nosotros, ¿estamos abiertos a las sorpresas que nos preparas o nos encerramos, con miedo, a la novedad del Espíritu Santo? ¿Estamos decididos a recorrer los caminos nuevos que Tú nos presentas o nos atrincheramos en estructuras y costumbres caducas, que han perdido la capacidad darnos y dar las mundo la alegría más grande? Danos un corazón abierto para acogerte, para abrirnos a tu novedad, con la seguridad de que Tú nos amas y siempre quieres nuestro bien.

Así te lo pido. Así sea.




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