Trémula nace, vacilante crece;
pálidas tintas de amaranto y rosa
brotando van sobre su faz lumbrosa
donde por fin el iris resplandece.
A impulso de la brisa que la mece,
de su cuna se arranca ruborosa
y entregándose al aura cariñosa,
ufana vuela, elévase y fenece.
Tal nace la ilusión: al blando aliento
de la esperanza ensánchase y fulgura,
inundando de luz el pensamiento.
Lánzase al porvenir radiante y pura;
ufana vuela, elévase un momento,
y un momento fugaz tan sólo dura.
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