Que el Señor te bendiga, te guarde, te muestre su rostro, vuelva su rostro hacia ti y te dé su misericordia y su paz.
Yo, Clara, sierva de Cristo, humilde planta de nuestro santo padre Francisco, ruego a nuestro Señor Jesucristo por su misericordia, por la intercesión de su santísima madre María, del bendito arcángel Miguel y de todos los santos de Dios, para que el mismo Padre Celestial te dé y te confirme esta santa bendición en el cielo y en la tierra.
Sed siempre amantes de Dios y de sus almas y estad siempre listos para observar lo que han prometido al Señor.
Que el Señor siempre esté contigo, y te tenga siempre con Él a su lado. Amén.
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