jueves, 16 de agosto de 2018

¡QUÉ BUENO ES SALUDAR!

Un hombre trabajaba en un almacén frigorífico. Un día, cuando terminó su horario de trabajo, fue a una de las cámaras frigoríficas para hacer una inspección de última hora, pero por una fatalidad la puerta se cerró y quedó encerrado.
Aunque gritó y golpeó en la puerta con todas sus fuerzas nadie lo oyó. La mayoría de los trabajadores ya se habían ido y era imposible oír los gritos salidos de dentro de la cámara.
Tres horas más tarde, cuando el hombre ya estaba al borde de la muerte, alguien abrió la puerta. Era el guardia de seguridad quien le salvó la vida.
Después de recuperarse el hombre preguntó a su salvador cómo fue posible que pasara por allí y abriera la puerta, cuando eso no formaba parte de la rutina de su trabajo. El guardia de seguridad explicó:
- Trabajo en esta empresa desde hace 35 años. Centenares de trabajadores entran y salen todos los días, pero usted es el único que me saluda por la mañana y se despide de mí por la tarde. Los demás me tratan como si yo fuese invisible. Hoy, como todos los días, me dijo "hola" en la entrada, pero no oí su "hasta mañana". Espero su "hola" y su "hasta mañana" todos los días. Para usted yo soy alguien. Al no oír su despedida sabía que algo podía haber pasado...

Reflexión: Seamos humildes y amemos al prójimo. Demos siempre muestras de atención, respeto, piedad, perdón, paciencia, aprecio, gratitud, amor... 

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