sábado, 29 de septiembre de 2018

TRES ENGAÑOS DEL OLVIDO DE LA MUERTE

1º) Prometerme muchos años de vida y hacer planes de lo que tengo que hacer en ellos, como si esto dependiera solamente de mi voluntad y no de la de Dios, el cual, quizá, tiene planeado quitarme la vida en la misma noche o día en que pensaba yo que sería muy larga, y con esto deshace mis planes.

2º) Asegurarme de que tendré salud, fuerzas y contento con los bienes que poseo y que yo también duraré tanto como ellos.

3º) Olvidarse de proveer lo necesario para la otra vida, como si no hubiera más que esta presente, y esta fue la necedad más calificada del rico necio, porque habiendo proveído a su alma de tantos bienes para pasar esta vida temporal, se olvidó totalmente de proveerla de los bienes necesarios para la vida eterna; por lo cual es forzoso que la desventurada alma que en esta miserable vida comía, bebía y banqueteaba, después padeciese perpetua hambre y sed y eterna miseria.

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