Al darse cuenta de las intenciones de su padre, con 15 años huyó de su corte acompañada de su confesor Gerebernus y de dos servidores de confianza hacia el territorio de los francos ripuarios (Bélgica). Allí se instalaron en los bosques de la Kempen, cerca de la ciudad de Geel, y vivieron como ermitaños, cuidando a pobres y necesitados.
El rey dio con ellos en la capilla de San Martín, ordenó matar a Gerebernus y trató de que ella regresara con él a Irlanda. Furioso ante la negativa, Damon sacó su espada y mató a su hija con un golpe en la cabeza. Ella tenía 15 años de edad.
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