martes, 7 de septiembre de 2021

SANTA EULALIA DE BARCELONA


Eulalia
 fue una niña nacida en el año 290, en Sarrià, por entonces una población cercana a Barcino (Barcelona), en lo que hoy es el barrio de Sarrià. En esa época el emperador Diocleciano inició un período de persecuciones contra los cristianos (año 303). Se dice que fue la persecución más sangrienta sufrida por los cristianos hasta entonces.

Eulalia, con solo 13 años bajo a Barcino a hablar con el gobernador, Publio Daciano, y le recriminó las injusticias contra los cristianos que estaba perpetrando, y para defender su fe. El gobernador, al oírla, le ordenó que se retractara y que renunciara a la fe cristiana. Ella se negó. Daciano ante la negativa de la niña le condenó a 13 martirios, uno por cada año que ella tenía.

Las 13 estaciones de Santa Eulalia

Primero, fue encarcelada desnuda en una prisión oscura para luego ser azotada. A partir de aquí sus castigos fueron más severos y fuertes.

Le abrieron sus carnes con garfios, la pusieron en pie sobre un brasero ardiendo y luego le quemaron sus pechos. Además le fregaron sus heridas con piedra tosca y le arrojaron aceite hirviendo y plomo fundido.

El décimo castigo es el más conocido y el que transcurrió en una calle que hoy se llama la bajada de Santa Eulalia. La pusieron desnuda dentro de un tonel lleno de cristales, clavos y otros objetos punzantes y la lanzaron por una bajada. Hasta 13 veces esta tortura. Esta bajada está situada en el barrio gótico, muy cerca de la plaza Sant Jaume.

La bajada de Santa Eulalia

Una talla de la copatrona de Barcelona, una capilla y un poema de Jacinto Verdaguer recuerdan a los barceloneses ese hecho. La poesía dice así:

poesia“Viendo acercarse las llamas, también retrocede Daciano; la cierra dentro de un tonel con clavos, espadas y cuchillos de doble filo. Bajada de Santa Eulalia, tu la viste rodar de un lado a otro dejando por rastro un rosario de sangre”.

Solo se explica que superara esta tortura por un milagro patente. Al ver que seguía viva, siguieron con sus últimos tres castigos. La introdujeron en un corral con pulgas, la pasearon desnuda por las calles de la ciudad para exhibirla y, por último, la crucificaron en una cruz en forma de aspa (Cruz de San Andrés) en una posición indigna y desnuda en la que se recreaban las miradas lascivas.

Durante su crucifixión se produjo una gran nevada que tapó todo su cuerpo desnudo. Una vez fallecida, se cuenta que los presentes vieron una paloma blanca salir de su boca y volar hacia el cielo. Era su alma.

Las 13 ocas del claustro de la Catedral

13-ocas-claustro-barcelonaLa presencia y el número de 13 ocas en el claustro de Barcelona se atribuye a dos leyendas. La primera nos cuenta que, cuando comenzó la construcción de la catedral, el guardián de las obras vivía acompañado de unas ocas. Un día, unos ladrones irrumpieron en las obras, y las ocas comenzaron a graznar, evitando el robo. Desde entonces se ganaron el honor de poder estar de manera permanente en este lugar.

Pero la tradición más contundente es que la cantidad de aves, trece, se debe a Santa Eulalia, cuyos restos reposan en la cripta de la Catedral. Las trece ocas, que siempre han estado presentes en ese número desde hace siglos, se debería precisamente a los 13 martirios y 13 años de la mártir. Corre una leyenda, entre los más viejos del lugar, que si algún día faltaran 13 ocas en el claustro, ese día se derrumbaría la Catedral. El caso es que nunca han faltado.



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