domingo, 4 de diciembre de 2022

MEDITACIÓN DOMINGO II DE ADVIENTO A (P. Damián Ramírez)

¡Buenos días!

Hace  muchos siglos, más de  dos  mil años, apareció en tierras de Palestina un hombre que removía las conciencias y llamaba a un cambio en el corazón y en el modo de vivir. Un personaje que bautizaba junto al río Jordán y se llamaba Juan Bautista. 

Hoy, al cabo de tantos siglos, recordamos de nuevo ese personaje y escuchamos su llamada en este tiempo de Adviento que nos pide: CONVERSIÓN. 

Pregúntate: ¿De qué? ¿Y hacia Quién?

¡Buen y bendecido Día del Señor!




Lectura del santo evangelio según san Mateo 3, 1-12

Por aquellos días, Juan Bautista se presentó en el desierto de Judea, predicando:
«Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos».
Este es el que anunció el Profeta Isaías diciendo:
«Voz del que grita en el desierto:
“Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos”».
Juan llevaba un vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Y acudía a él toda la gente de Jerusalén, de Judea y de la comarca del Jordán; confesaban sus pecados y él los bautizaba en el Jordán. Al ver que muchos fariseos y saduceos venían a que los bautizara, les dijo:
«¡Raza de víboras!, ¿quién os ha enseñado a escapar del castigo inminente? Dad el fruto que pide la conversión. Y no os hagáis ilusiones, pensando: “Tenemos por padre a Abrahán”, pues os digo que Dios es capaz de sacar hijos de Abrahán de estas piedras. Ya toca el hacha la raíz de los árboles, y todo árbol que no dé buen fruto será talado y echado al fuego.
Yo os bautizo con agua para que os convirtáis; pero el que viene detrás de mí es más fuerte que yo y no merezco ni llevarle las sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego. Él tiene el bieldo en la mano: aventará su parva, reunirá su trigo en el granero y quemará la paja en una hoguera que no se apaga».

 











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