Oh, bendito San Juan Cancio, tú viviste en carne propia los efectos de la venganza, luego de que tus compañeros hicieran que te alejaras por un tiempo de tu vocación, y compartiste siempre con las personas la importancia de alejar por completo de nuestra vida las malas palabras, los chismes, las ofensas y los deseos de hacer mal al prójimo.
Es por esta razón que hoy recurro a ti, para que me ayudes a mantener aquello para lo que Dios me dio mi voz y mis pensamientos, y me alejes de la tendencia de destruir a los demás con ellos. Te pido intercedas por mí para que el Señor Todopoderoso me dé la sabiduría necesaria para que por mi mente y por mi boca solo pasen palabras positivas.
Ayúdame a elevar esta humilde plegaria a los cielos, para que este deseo de venganza y ofensa desaparezca por completo de mí, que mi alma tenga la tranquilidad necesaria y que, con el amor de nuestro Dios, aprenda a perdonar, a olvidar y a soltar. Por la gracia y la dulce presencia del Señor confío plenamente en que así será, y que tu maravillosa intercesión será clave en ello. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario