Oh Dios, que hiciste que el beato Juan se distinguiese por el extraordinario celo y su admirable prudencia y fortaleza en promover la Orden de Predicadores, concédenos, por su intercesión, que tus hijos sean gobernados siempre y en todas partes con dirección eficaz. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.
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