¡Buenos días!
Celebramos hoy el tercer domingo de Adviento: Domingo GAUDETE, una invitación por parte de la liturgia a la ALEGRÍA...
¡Con la que está cayendo y se nos invita a alegrarnos!... La verdad que no es fácil, ¿a que no? Y sin embargo:
"El desierto y el yermo se regocijarán, se alegrarán el páramo y la estepa...".
Esa profecía de Isaías, que escucharé en la primera lectura, se comenzó a cumplir en Jesús, ¡y se completará al final de los tiempos!
Nos toca vivir esta esperanza y anunciarla... Y sí... con la paciencia del labrador (2ª lectura).
¡BUEN Y BENDECIDO DOMINGO!
Lectura del santo evangelio según san Mateo 11, 2-11
En aquel tiempo, Juan, que había oído en la cárcel las obras del Mesías, mandó a sus discípulos a preguntarle:
«¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?».
Jesús les respondió:
«Id a anunciar a Juan lo que estáis viendo y oyendo: los ciegos ven, y los cojos andan; los leprosos quedan limpios y los sordos oyen; los muertos resucitan y los pobres son evangelizados. ¡Y bienaventurado el que no se escandalice de mí!».
Al irse ellos, Jesús se puso a hablar a la gente sobre Juan:
«¿Qué salisteis a contemplar en el desierto, una caña sacudida por el viento? ¿O qué salisteis a ver, un hombre vestido con lujo? Mirad, los que visten con lujo habitan en los palacios. Entonces, ¿a qué salisteis?, ¿a ver a un profeta? Sí, os digo, y más que profeta. Este es de quien está escrito:
“Yo envío mi mensajero delante de ti, el cual preparará tu camino ante ti”.
En verdad os digo que no ha nacido de mujer uno más grande que Juan el Bautista; aunque el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él».
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