Oh Dios, que en el corazón del beato Manuel Lozano infundiste una gran alegría y sencillez para que en el sufrimiento irradiase el sentido salvífíco de dolor, concédenos, por su intercesión y ejemplo, anunciar dignamente el Evangelio con obras y palabras. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
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