¡Buenos días! ¡Qué gran fiesta y solemnidad la de hoy!
Decía San Bernardo en uno de sus sermones (recogido en la Liturgia de las horas de hoy): “¿De qué sirven a los santos nuestras alabanzas? No las necesitan, ni les añade nada nuestra devoción (…). La veneración de su memoria en verdad redunda en provecho nuestro (…), enciende en nosotros tres deseos:
- El deseo de gozar de su compañía, de llegar a ser compañeros de ellos, profetas, apóstoles, mártires… todos juntos dando gloria a Dios.
- El deseo de que, igual que ellos con su vida manifestaron a Cristo, también nosotros, con nuestra vida lo manifestemos a todas las gentes.
- Y deseamos también que intercedan por nosotros ante Dios, para que así nos obtengan lo que no podemos con nuestras fuerzas”. (LH, 1-nov).
Que al recordarlos y venerarlos en la misa de hoy nos hagan despertar en nosotros esos tres deseos…
Pidamos hoy con fe la intercesión de todos los santos para que seamos buenos y vivamos felices en Dios.
Feliz y bendecido día… y a desear la SANTIDAD
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