Perdón, oh Dios mío,
perdón, indulgencia,
perdón y clemencia,
perdón y piedad.
Pequé, ya mi alma
su culpa confiesa;
mil veces me pesa
de tanta maldad.
Mil veces me pesa
de haber, obstinado,
tu pecho rasgado
¡oh suma Bondad!
Yo fui quien del duro
madero, inclemente,
te puso pendiente
con vil impiedad.
Por mí en el tormento
tu sangre vertiste,
y prendas me diste
de inmensa bondad.
Mi rostro, cubierto
de llanto, lo indica;
mi lengua publica
tan triste verdad.
Tu amor, Jesús mío,
será ya mi anhelo;
amantes del cielo,
su amor ensalzad.
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