Divino Jesús, Redentor y Glorificador de los hombres, oye los ardientes suspiros de mi alma que desea ya estar contigo en aquella clarísima y alegre mansión de tus escogidos.
Deseo trocar el miserable destierro de este mundo por aquella verdadera patria, llena de hermosura, de felicidad y de inefables delicias. ¡Sálvame, dulcísimo Jesús!
Deseo ver la claridad de tu rostro divino y el trono real de tu infinita magnificencia. ¡Sálvame, dulcísimo Jesús!
Deseo ver a tu inmaculada Madre la Virgen María, y saludarla por Reina y Señora del cielo y de la tierra. ¡Sálvame, dulcísimo Jesús!
Deseo conocer a tu padre putativo, el gloriosísimo patriarca San José. ¡Sálvame, dulcísimo Jesús!
Deseo ver al Santo Ángel de mi guarda y al Santo de mi nombre. ¡Sálvame, dulcísimo Jesús!
Deseo verme en la bienaventurada y gloriosa compañía de los ángeles y santos de tu corte celestial. ¡Sálvame, dulcísimo Jesús!
Deseo reunirme en el cielo con mi padre, con mi madre y con todas las almas más queridas de mi corazón. ¡Sálvame, dulcísimo Jesús!
Deseo morar para siempre en aquellos tan hermosos palacios de la celestial Jerusalén. ¡Sálvame, dulcísimo Jesús!
Deseo descansar en la paz inalterable de tu Reino. ¡Sálvame, dulcísimo Jesús!
Deseo la honra inefable de ser contado entre los hijos de Dios. ¡Sálvame, dulcísimo Jesús!
Deseo oír los cánticos de eterna gloria con que los Ejércitos celestiales celebran tus perfecciones infinitas. ¡Sálvame, dulcísimo Jesús!
Deseo respirar aquellos aires de gloria, que embalsaman con suavísima fragancia aquellos prados floridos del Paraíso. ¡Sálvame, dulcísimo Jesús!
Deseo saborear aquellas inefables dulzuras con que regalas a tus escogidos, haciéndoles participar de tu infinita bienaventuranza. ¡Sálvame, dulcísimo Jesús!
Deseo gozar del júbilo y de las eternas fiestas de tu gloria. ¡Sálvame, dulcísimo Jesús!
Deseo disfrutar de las magnificencias incomprensibles de tu Reino. ¡Sálvame, dulcísimo Jesús!
Deseo contemplar en Ti la eterna Verdad, y ver en una deidad la Trinidad beatísima. ¡Sálvame, dulcísimo Jesús!
Deseo amar tu bondad infinita, y transformarme en Ti por el amor beatífico. ¡Sálvame, dulcísimo Jesús!
Deseo enamorarme de tu infinita hermosura, y conocerte y amarte como te conocen y aman los serafines y querubines. ¡Sálvame, dulcísimo Jesús!
Deseo celebrar para siempre tus infinitas perfecciones y gozar contigo de tu vida perfectísima, bienaventurada y eterna. ¡Sálvame, dulcísimo Jesús!
ORACIÓN. Oh divino Señor, que descendiste a la tierra para que nosotros pudiésemos subir a los cielos, y te hiciste hombre para hacer a los hombres hijos de Dios, acrecienta cada día en mi alma tu santa gracia, para que después de esta vida mortal pueda gozar de tu divina gloria por todos los siglos de los siglos. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario