jueves, 30 de marzo de 2017

EJERCICIO DE LA MAÑANA DEL CRISTIANO

Por la señal de la santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. 
Santa e individua Trinidad, mi Dios y todo mi bien, creo en Ti, espero en Ti, te amo y adoro con toda mi alma. Me pesa, Padre misericordioso, de haberte ofendido y propongo enmendarme con el auxilio de tu gracia. En los brazos de tu Providencia me entrego, Señor, para que dispongas de mí, según placiese a tu divina voluntad, con la cual deseo conformarme ahora y siempre, protestando contra toda tentación que de cualquier modo pudiera apartarme de Ti, induciéndome a cometer algún pecado grave o leve de propósito deliberado.
Te ofrezco, Señor, todos los pensamientos, palabras y obras de este día unidos a los merecimientos de Jesucristo y a los de su Santísima Madre la siempre inmaculada Virgen María.
Te los ofrezco en reconocimiento del supremo dominio que tienes sobre todas las criaturas, en agradecimiento a los beneficios que he recibido de tu soberana Majestad, en satisfacción de mis culpas y pecados y en sufragio de las benditas ánimas del purgatorio.
Por ellas te ruego, Señor, y por toda la Iglesia y sus Ministros, por nuestra patria y por los que la gobiernan, por mi familia y bienhechores, y también por mis enemigos.
Es mi ánimo ganar todas las indulgencias concedidas a las obras que hiciere y a las oraciones que rezare; y si hoy hubiere de morir, deseo hacerlo con mis pecados perdonados para así poder alcanzar la gloria eterna.
Protesto en fin que quiero vivir y morir en la santa fe, y en el seno de la Iglesia católica, apostólica, romana, ofreciéndome a observar exactamente todos sus mandamientos y constituciones a mayor gloria de Dios y bien de mi alma. Amén. Credo.

Oración a la Virgen Santísima

¡Oh Señora mía y Madre mía! Yo me ofrezco del todo a Ti, y en prueba de mi filial afecto te consagro en este día mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón, en una palabra todo mi ser. Ya que soy todo tuyo, oh Madre de piedad, guárdame y defiéndeme, como hijo y posesión tuya. Amén. Salve

Oración al Santo Ángel custodio

Ángel santo, bajo cuya custodia me puso Dios con una bondad infinita, ilumíname, defiéndeme, rígeme y gobiérname. Amén. Padrenuestro.

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