Dios todopoderoso y eterno, que diste a los santos mártires san Mauricio y compañeros la valentía de aceptar la muerte por el nombre de Cristo, concede también tu fuerza a nuestra debilidad para que, a ejemplo de aquellos que no dudaron en morir por Ti, nosotros sepamos también ser fuertes, confesando tu nombre con nuestras vidas.
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