viernes, 5 de mayo de 2023

MEDITACIÓN VIERNES IV DE PASCUA A (P. Damián Ramírez)

 

Lectura del santo evangelio según san Juan 14, 1-6

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No se turbe vuestro corazón, creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no, os lo habría dicho, porque me voy a prepararos un lugar. Cuando vaya y os prepare un lugar, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino».
Tomás le dice:
«Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?».
Jesús le responde:
«Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí».

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“Yo soy el camino, y la verdad, y la vida” (Jn 14,1-6)

Señor Jesús, camino verdad y vida mía, gracias. Gracias por nacer a esta vida hace ya algunos años y mostrarme cada día que esta es anticipo de la eterna. Gracias porque un día mis padres me presentaron ante tu presencia y ante la comunidad y me bautizaron en tu nombre. Gracias porque desde entonces mucha, mucha gente, me ha acompañado por el camino, me ha hablado de Ti, me ha enseñado a verte y sentirte como el mejor compañero de camino.

Señor Jesús, camino verdad y vida mía. Gracias porque aunque el camino se ha hecho a veces muy cuesta arriba y a veces demasiado cuesta abajo, el camino has sido Tú y siempre me has mostrado tus huellas. Gracias por todos los tramos de camino en que disfruto, de tu mano, de tanto bien recibido.

Señor Jesús, camino verdad y vida mía. Señor Jesús, verdad de toda verdad, principio desde el que todo se ve diferente, fundamento que nos hace distinguir entre lo bueno y lo malo, entre la tiniebla y la luz, entre lo que deseamos y lo que nos conviene, entre nuestra santa voluntad y tu voluntad para con nosotros. Gracias por ayudarme a ser bueno, a ser mejor, a ser transparente,  a ser justo, a ser lo que en verdad estoy llamado a ser desde la eternidad.  

Señor Jesús, camino verdad y vida mía. Señor Jesús, vida verdadera y razón primera y última de mi vida. Gracias por tanto regalo cotidiano. Gracias por cada rostro, por cada encuentro, por cada gesto, por cada caricia, por cada abrazo, por cada mirada colmada de ternura. Gracias por la vida que tengo. Gracias por la vida que cada mañana me regalas sin pedirme más pago que el de compartirla.

Señor Jesús, camino verdad y vida mía. Señor Jesús, mi Señor Jesús, camino, verdad y vida míos. Gracias por TANTO. Gracias por TODO… a pesar de todo. Amén.










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