miércoles, 31 de mayo de 2023

MIÉRCOLES VIII TIEMPO ORDINARIO A - VISITACIÓN DE LA VIRGEN MARÍA (P. Damián Ramírez)

 

Lectura del santo evangelio según san Lucas 1, 39-56

En aquellos días, María se levantó y se puso en camino de prisa hacia la montaña, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.
Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y levantando la voz, exclamo:
«¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu Vientre!
¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Pues en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Bienaventurada la que ha creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá».
María dijo:
«Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mi: “su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, “derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia - como lo había prometido a nuestros padres - en favor de Abrahán y su descendencia por siempre».
María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa.

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“Bendita tú entre todas las mujeres y bendito el fruto de tu vientre, Jesús” (Lc 1, 39-56)

Señor Jesús, hoy termina este mes en el que la Iglesia, los cristianos y un incontable número de hombres y mujeres de buena voluntad se han acercado a María, tu madre, de un modo especial.

Señor Jesús, María, bendita entre las mujeres, es para cada uno de nosotros esa madre siempre atenta, siempre con el corazón en vilo, siempre dispuesta y discreta, siempre fiel y siempre pendiente de sus hijos.

Señor Jesús, María es modelo de mujer, de mamá, de compañera, de discípula, de fidelidad a Dios y de cuidado a los hermanos. Ahora que termina este mes especialmente dedicado a ella, te pedimos que todas esas flores y oraciones en su nombre lleguen a Ti y hagas que María nos acompañe al caminar, que nos haga decididos para decirte sí, que nos cuide e interceda por nosotros ante Dios Padre.

Así sea y así te lo pedimos.







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