A ti, santo abad, que encarnaste la máxima pureza y humildad, lleno siempre de alegría y felicidad que transmitías a todos tus hijos espirituales, a ti acudo hoy con esta plegaria para exponerte mis agobios y necesidades y que ruegues a Dios por mí, para que pueda obtener de su misericordia una rápida y eficaz solución de los problemas que me afligen.
(Exponer las necesidades y posibles soluciones)
Tú que tanto disfrutaste repartiendo alegría, tenme presente en tus ruegos a Dios, y alcanzando su favor pueda también yo mostrarte mi alegría conseguida gracias a ti.
Oh Pacomio, buen abad, santo mío, no me dejes en el abandono y no dejes de interceder por mí hasta que mi problema sea resuelto, con el favor de Dios, para mayor gloria tuya. Amén.
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