Señor, Tú que llenaste el corazón de san Luis María del deseo ardiente de predicar el Evangelio de tu Hijo a los pueblos, concédenos por su intercesión que, bajo la guía de María, seamos dóciles a tu Espíritu y lleguemos a ser apóstoles incansables de tu Reino, atentos al llamado de los pobres. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
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