En agua de Colonia
bañaba a su marrano doña Antonia,
con empeño ya tal, que daba en terco;
pero a pesar de afán tan obstinado,
no consiguió jamás verlo aseado,
y el marrano en cuestión fue siempre puerco.
bañaba a su marrano doña Antonia,
con empeño ya tal, que daba en terco;
pero a pesar de afán tan obstinado,
no consiguió jamás verlo aseado,
y el marrano en cuestión fue siempre puerco.
Es luchar contra el sino
con que vienen al mundo ciertas gentes
querer hacerlas pulcras y decentes:
el que nace lechón, muere cochino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario